La felicidad se comparte

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Nuestro proceso de trabajo creando invitaciones de boda siempre esta lleno de alegría y amor, y no es una exageración, desde el primer momento que nos contactan se siente la alegría y emoción de cada novia, lo cual se transmite y nos llega, luego al encontrarnos con la pareja, tomarnos un café y escuchar su historia de amor y ver sus sonrisas de vivir una gran historia de amor, una historia que nos motiva e inspira a trabajar las mejores invitaciones de boda. Por eso es que trabajamos bajo el lema Invitaciones de boda hechas por amor, porque realmente es ese sentimiento el que nos permite poder contribuir a esa felicidad de cada novia en el comunicar con alegría la gran noticia de su boda con sus familiares y amigos.

Nuestro proceso continúa hasta el momento de entregarles las invitaciones de boda a la pareja, luego de un proceso en el que nos mantenemos en comunicación con la novia y el novio: aportando ideas, filtrando y siendo participes del desarrollo. Es muy agradable poder trabajar con personas que no se conforman con lo mínimo sino que quieren lo mejor. ¡Es su boda, debe ser perfecta!  Cuando entregamos las invitaciones siempre volvemos muy agradecidos de ver a las novias felices, como ellas misma lo han dicho: —esta es la primera parte ya materializada de la boda, ya se siente real!

Los comentarios de agradecimiento que recibimos luego de la boda y por supuesto el seguimiento que le damos a cada novia para felicitarla por su boda, son parte de un proceso de trabajo del cual nos sentimos  agradecidos de participar. Hacer invitaciones de boda es crear una parte de la historia de boda de parejas que se aman y están llenas de amor.

 

 

 

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